El día de la vergüenza

Todavía hoy, 25 de Noviembre, algunas personas se te acercan a preguntar porqué llevas un lazo violeta…así estamos y así nos luce el pelo.
            No soy una persona a la que le gusten las estadísticas, me parecen frías y no reflejan para nada el drama de las mujeres que padecen violencia de género en este país, pero debo reconocer que ayudan a visibilizar el problema.600.000 mujeres, sufren malos tratos cada año; 840.000 niños y niñas padecen la violencia sobre sus madres; 140.000 denuncias al año; 701 mujeres muertas a manos de sus parejas o ex parejas desde 2003 hasta 2012. Los datos del 2013 hasta la fecha hablan de 45, aunque hay abiertas investigaciones en al menos 4 casos más (uno de ellos en Asturias) para determinar si son víctimas de violencia de género.
            Ante estas cifras, me pregunto porqué no hay una respuesta social contundente para acabar con esta lacra. Si las muertas fuesen otras, estoy segura que sería diferente, pero sólo son mujeres, madres, hijas y hermanas anónimas. No puede tolerarse esta pasividad.
            Decimos a las mujeres que denuncien, luego las dejamos sin respaldo, solas. ¿Como puede ser que una mujer consiga una orden de alejamiento y sea ella la que tiene que estar hacinada en su casa o tenga que dejar su circulo para protegerse del maltratador?.
            ¿Cómo es posible que ellas tengan un coche de policía en la puerta de su casa y su agresor campe a sus anchas y no varíe para nada su vida?¿No debería ser al revés?.
            Se habla de mujeres cobardes y tontas, que vuelven con su agresor, que quizás sea porqué les “va la marcha” sin rascar en la superficie y no darse cuenta del miedo y la soledad que tienen que sentir. No puedo imaginarme pasar miedo en mi casa, empezar a temblar cada vez que se abre la puerta pensando en lo que va a suceder después.
            Las dejamos solas, no nos damos cuenta de lo que están pasando y la mayoría de las veces, tampoco lo queremos saber, es algo “privado”. Tenemos que recordar como empieza la dinámica del maltrato : el maltratador, aísla a la víctima, la separa de su familia, de sus amistades, de su entorno…la va debilitando psicológica mente, hasta que la tiene donde quiere, a sus pies y pensando que sólo ELLA es la culpable de que él la maltrate.
            Sólo son pinceladas de algunas cosas que pienso sobre la dejadez y el pasotismo que demostramos cada día con las víctimas. Debemos ir más allá para acabar con las muertes y el maltrato, apoyar a las víctimas con medidas más drásticas, no como las que se están aprobando, como “sacar” de las estadísticas a las mujeres que tengan una agresión y estén en el hospital menos de 24 horas….volvemos al :”mi marido me pega, pero poco”.

            Hoy es 25N…..y mañana ¿qué??

Ursula Szalata Mier
Secretaria de la Mujer de CCOO Nalón

Gastronomia


Comida familiar en la bolera de Casa Lola
Mio güela tola vida llevó'l chigre de Paxumal, “Casa Lola”. Siempre la voi recordar de mandil y al pie de la cocina de carbón. Hores y hores pa poner a disposición de los sos veceros los platos que-y dieron reputación: fabes, pitu caleya y arroz con lleche, ente otros. Too tan auténtico como ella, de la tierra y fecho con ciñu y dedicación. Ensin más ayuda que la de les sos manes y les de los parientes, sacó alantre a la familia, ¡qué más se pue pidir!. Caún garró'l so destín, el chigre zarró y con él tamién un poco'l pueblu.
Güei, que los recursos económicos son escasos y más que lo van a ser, nun podemos esperar por grandes soluciones. Hai qu'aprovechar y nun dexar pa prao toles oportunidaes, tres l'analís y la planificación necesaria, a lo local. Cola coordinación de les instituciones había que mirar más polo pequeño, polo nuestro, la micropyme que tenemos. Y la hostelería tamién.
Un exemplu podía ser el d'esos chigres nos pueblos, que tiren del comerciu, la ganadería, la llabranza o'l turismu. Y son el sitiu d'alcuentru ideal pa que los pueblos, evidentemente colos servicios que necesiten, sigan con xente.
Y d’otramanera, potenciar en condiciones toles xornaes gastronómiques que tenemos. Una manera cenciella, qu'engancha al que nos visita, mientres tol añu. La fabada en La Felguera, el pote d’antroxu en Sama, los callos en Ciañu, les cebolles rellenes en L´Entregu, los nabos en Sotrondio, los pimientos rellenos en Blimea, el cabritu en Llaviana, el pitu caleya y la trucha; la caza en Sobrescobiu, o la matanza’l gochu en Casu. Xunto colos concursos de pinchos y les xornaes de la sidra. Hai materia prima pa emponderar lo de casa, con parámetros de calidá y de cantidá, pue xenerase trabayu y actividá económica, cola riqueza de la nuestra mesa.

jmzapico@asturias.ccoo.es