Bancarrota



            Una vez más, la banca gana. Con el rescate de 100.000 millones, se demuestra que lo urgente no era la reforma laboral sino la del sistema financiero. Ahora, si los bancos fallan (¿Qué credibilidad tienen?) la devolución del dinero recaerá sobre el Estado, y con ello sobre los contribuyentes.
            En el 2008 el “Establishment” hablaba de refundir el capitalismo con rostro humano e incluso de poner bancos bajo el control de los Estados. Sin embargo, en España, el PSOE y el PP consagraron en la Constitución Española, el deber del Estado de dar “prioridad absoluta al pago de los intereses y del capital de la deuda pública sobre otras inversiones”. Esto hace, dentro del marco institucional actual, prácticamente imposible realizar otras políticas de cierto alcance, diferentes a las neoliberales. Y así, no hay salida a la crisis.
            Para combatir esta situación, hay que radicalizarse e ir al origen del problema. Golpear al sistema de capitalismo de casino.
            Cuando una empresa contabiliza en sus balances algo que es falso, porque no tiene el valor real, léase activos inmobiliarios, lo más probable es que deje de tener solvencia. Y sólo hay tres caminos: la quiebra, la recapitalización o la nacionalización.
            Respecto a la Banca, en algunos casos la quiebra no estaría mal, puesto que a los ciudadanos/as de a pie la Leysólo” nos garantiza los primeros 100.000 €, y a quién le quite el sueño, que hubiera escogido mejor entidad financiera. Pero el Gobierno de España no la permite porque los acreedores en estas situaciones se ponen a la cola para cobrar, si existiera dinero, y en el caso de los bancos españoles sus principales acreedores son los bancos alemanes (y con Alemania no se juega).
            Esto nos lleva a la segunda opción, pero ¿quién inyecta dinero para recapitalizar?, los dueños de los capitales privados, insaciables en su avaricia, quieren ser cada vez más ricos, y pasan de tóxicos. Lo que nos lleva a la situación actual: los gestores de los capitales públicos (como también juegan con los de arriba) ponen el dinero de nuestra educación, sanidad, minería y demás cuestiones que dan sentido a un Estado Social a disposición de la banca privada para socializar pérdidas, seguir privatizando beneficios, y llevarnos a trabajadores/as y pensionistas, a la bancarrota.
            Nuestra perspectiva pasa por la nacionalización, poner los bancos al servicio de las personas y no al revés.

jmzapico@asturias.ccoo.es