En
lo que va de año he tenido que acudir más veces que en toda mi vida al Hospital
Valle del Nalón, nada grave. Aunque la angustia en situaciones así es
inevitable por la salud propia o por la de los seres más queridos, quiero
aprovechar esta tribuna para poner en valor nuestro sistema sanitario.
Profesional
y de calidad, hemos construido con la aportación de todos/as, vía cotizaciones
o impuestos, una sanidad pública envidia de los países más avanzados. Desde el
primer momento, en el centro de salud hasta la hospitalización, mi experiencia
personal no pudo ser más gratificante con un personal sanitario cercano y
comprensivo con los pacientes, intentando en todo momento hacer lo más
agradable posible esos días de preocupación y malestar. Gracias de corazón por
ello, en especial al servicio de pediatría.
Hay
que tener en cuenta que en la mayoría de países hay que pagar para ser
atendido, si no, te mueres a las puertas, además tienes que llevar hasta lo más
elemental de casa, como las sábanas de la cama. Y eso además de un derecho
universal, también es salario, indirecto o diferido, pero salario. En una
situación de desempleo masivo, congelación de pensiones y recortes salariales,
si además tuviéramos que hacer frente de manera directa a servicios que cubren
necesidades básicas, no podríamos sobrevivir dignamente.
Partiendo
de ese contexto, fruto de la rapiña económica, se está debilitando el Estado
Social y de Bienestar en nuestro país, y la Sanidad Pública no es ajena a este
ataque. Debemos de observar la degradación de la misma, por ejemplo en Madrid,
donde las externalizaciones, las compras y los conciertos con el sector privado
debilitan el sistema público, con el objetivo de hacer negocios, sin que les
importe la salud de las personas.
Tentaciones
que no nos son ajenas en Asturies, donde se ha aplicado sin necesidad, recortes
y un mayor aumento de jornada a los trabajadores/as del sistema sanitario
público destruyendo centenares de puestos de trabajo. Lo que conlleva aumento
de listas de espera y pérdida de calidad asistencial sólo sobrellevada por la
buena voluntad de los/as profesionales.
Convencido
de que la sanidad privada resulta más cara y es de peor calidad, es necesario
evitar que se imponga un modelo ideológico que convierte a los pacientes en clientes,
y utiliza criterios economicistas en los tratamientos médicos. Para ello
debemos confluir organizaciones sindicales, usuarios y la sociedad civil
organizada e indignada, para defender la Sanidad Pública con todas nuestras
fuerzas y evitar la venta de nuestra salud.
jmzapico@asturias.ccoo.es
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