REFUGIO DE BRAÑAGALLONES

           Cerramos el año con una de las noticias más esperadas en la comarca y por los amantes de la montaña. La apertura del Refugio de Brañagallones, llamado a ser el buque insignia del Parque de Redes. Se accede desde la localidad casina de Bezanes, parroquia de Sobrecastiellu, tras subir unos diez kilómetros por una amplia y cómoda pista en la que desde el primer minuto se percibe que el esfuerzo recompensará al caminante.

            Creado en los años 60´ como refugio de cazadores ha pasado por décadas de olvido, despropósitos, ocurrencias y derroches. Pero hoy, gracias a la FEMPA, a la Federación de Montaña, Escalada y Montañismo de Asturias, se puede decir que el sentido común ha imperado. Por fin se puede disfrutar por todos los públicos a precios asequibles, con una alta calidad y confort. No se exagera si se afirma que probablemente nos encontramos ante uno de los mejores refugios de montaña.

            Recuerdo las primeras veces que subí a la vega: de excursión con el colegio, de chaval en bicicleta y alguna vez tuve dormido en el tendejón del propio Refugio cuando estaba cerrado, todas las recuerdo con cariño. Pero este fin de semana de diciembre en el que pude quedarme por vez primera ha sido especial, precisamente por la sensación de poder saborearlo, ya que hasta ahora este equipamiento público había estado al alcance de muy pocos. Debo destacar la hospitalidad con la que sus gestores nos cobijaron.

            El Parque Natural de Redes, es un tesoro que tenemos que proteger, al ser Zona de Especial Protección para las Aves; integrado en la red ecológica europea Natura 2000; Lugar de Interés Comunitario; declarado en el año 2001, Reserva de la Biosfera. Hay que velar por su desarrollo coherente, sin contradicciones y evitando cualquier ataque medioambiental que ponga en peligro su riqueza y su potencialidad turística, agroalimentaria, ganadera, forestal, deportiva y de reserva hídrica de Asturies. Se hace imprescindible mejorar las carreteras a Tarna e Infiesto, y junto con el uso lúdico-deportivo de los embalses, de manera sostenible es posible generar empleo y actividad económica. Así que ¡fae Casu, y ven!

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